martes, 15 de abril de 2008

No me gusta el fútbol

(Nosperdonarán, queridos lectores, por este texto. Pero no puedo más y necesito desahogarme)

Pensé, en un principio, en escribir los típicos chistes que hago cuando en grupos de amigos les argumento por qué no me gusta el fútbol: digo cosas como que no sé diferenciar entre un marcador de punta y un bolígrafo Parker, que no me gustan los espectáculos de piernas peludas, que no entiendo por qué no le dan un balón a cada uno para que no tengan que pelearse y otras tonterías de esas.
Pero el creciente número de amigos que por estos días no tienen otro tema, me ha hecho meditar mejor este asunto. Debo decir con tristeza que soy uno de esos hombres que llevan sobre sí el estigma de no gustarle el deporte del que más se sabe en el mundo.
Pero he de reconocer, también, que no es su culpa, que tal vez soy yo. Así que esta es la historia de mi tragedia: Los domingos no hay que ver en televisión y mis amigos están en el estadio gritando obscenidades al árbitro mientras yo trato de encontrar en un libro la respuesta a mis problemas.
Cuando salgo con ellos, el tema llega siempre, e irremediablemente, a la cuestión de la esférica y en ese momento siento que están hablando en tailandés.
Todos son términos desconocidos. El otro día los escuché hablar muy seriamente y como si fuera un gran secreto del 4-4-2 de cierto equipo. Pensé que era una especie agüero y lo jugué en el chance. No dio resultado (cayó con el Chontico y no con Cruz Roja).
Además por más que digan que el fútbol sólo tiene 17 normas básicas, nunca puedo con la número once, también conocida como fuera de lugar. Hasta donde yo sé todas las reglas tienen una excepción y esta tiene cuatro. No, así no se puede. Me explican 100 millones de veces y no puedo llevar a la práctica toda esa sarta de palabras, lo que me hace exasperarme. Además ellos se enojan después de explicarme 100 millones de veces, no entienden que no pueda con una cosa tan "básica"… básica una amiga que me decía que tanta claridad confunde.
Y qué es eso de stopper… ¿un bombillo de un carro? Y ni traten de explicarme lo del gol que vale doble de visitante, pero sólo en unos casos.
Cuando miro el periódico veo tres tablas distintas. Pregunto por qué el Nacional está de primero en una y de once en la otra, que cómo es eso y, claro, me miran como a bicho raro. Ya ni se toman el trabajo de contestar.
No me gusta el fútbol porque de niño mi papá no me dejaba salir a jugar. Porque una vez me regalaron un disfraz de René Higuita y me metí a un equipo y resultó que el uniforme no bastaba para tapar y me metieron cinco goles (en los primeros y únicos cinco minutos que he jugado para un equipo en mi vida), porque todos me gritaban Higuita en la calle y se burlaban de mí, porque me da miedo del balón, porque no puedo aprenderme los nombres de los jugadores de memoria y no sé ni mi interesa si Pelé fue mejor que Maradona, porque NO me gusta el fútbol.
No es una postura, es una tragedia, como ser musulmán en Estados Unidos, o antiuribista en Colombia. Quiero que me guste (no Uribe, el fútbol), pero ya no sé qué hacer.

14 comentarios:

Apelaez dijo...

Conviertase. Compre una camiseta, lea la sección de deportes, intente hacer una ventiuna.

Camilo Jiménez dijo...

Hagamos un equipo de fútbol de los que no nos gusta el fútbol. Mentiras, seguro no alcanzamos a juntar los diez. ¿O son once? No sé porque a mí tampoco me gusta el fútbol.

Kenneth Moreno May dijo...

Cuando quiero reflexionar sobre por qué no me gusta el futbol procuro ver a la gente a la que le gusta, con eso tengo.

Me adhiero sin embargo a sus razones.

Martín Franco Vélez dijo...

Una de las poquitas cosas que me gustan del fútbol son las entrevistas que les hacen a los hinchas cuando salen del estadio. ¡Las respuestas son una belleza! No como las de los futbolistas. Aunque tampoco tienen la culpa: son los periodistas los que no preguntan, sino que afirman. Ahí sí como dice don Pablo R (quien vuelvo a sospechar que no es el autor de este texto): esos periodistas sí son como güevones, ¿no?

Andrés dijo...

no te preocupés, que lo de "stopper" cayó en desuso y el 4-4-2 es bastante escaso en estos tiempos marrulleros. En cuanto al fuera de lugar... qué se le va a hacer. Si no se entiende, no se entiende. Al menos ese es el consuelo que me doy cuando leo textos filosóficos.

En el fondo todos cargamos nuestra cruz de marginalidad. A mí me pasa en la literatura cuando digo de que no me gusta Bolaño.

Y a propósito de las declaraciones de los futbolistas, en un Malpensante muy viejo hay una recopilación muy buena de sus respuestas más comunes.

Saludos.

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Lo mejor de jugar fútbol es la cerveciada del tercer tiempo. al tercer día, sin embargo, el guayabo viene con molimiento de carnes. Andrés: ¿cuál es el número de la revista?

Anónimo dijo...

A mi me gusta mucho el futbol, como la salsa..pero soy negado para jugarlo y bailarla...por eso siempre me ponen de portero y no ser buen bailarín si que es una tragedia..al menos en Colombia. Pero más que el futbol, me gustan las diatribas que contra él escriben algunos y esta es de las mejores que he leido...que tono muchachos que atmósfera...esta sigue siendo la decanatura bloggera.

Andrés, Bolaño -como dice Mario Jursich- si se vuelve cansón dándole a la misma tecla del piano todo el tiempo, pero en algunos casos (Estrella Distante, Putas Asesinas y muchos pasajes de Los Detectives Salvajes) le sonó magistralmente.

Anónimo dijo...

Yo no me acuerdo en que número de la revista jueque, creo que fue entre el 2001 y el 2002,pero si recuerdo que Mauricio Reyna despues meetió la cucharada en la selección.

yacasinosoynadie dijo...

me encanta el futbol... que le hacemos???? Putas asesinas es exquisito... metanle el diente a La pista de hielo... es bien bonito---

yacasinosoynadie dijo...

jajajaj muy pertinente la aclaración entre paréntesis de las ultimas líneas.

maggie mae dijo...

a mi, la verdá, me parece mejor un hombre que no le guste el fútbol y que prefiera las tardes de domingo en la cama conmigo que viendo 22 negros detrás de un balón

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Querida M. Somos los hombres que necesitas.

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo el futbol es una estupidez que solo lo ven los estupidos que creen que con ir al estadio a insultar a alguien tendran un muy buen futuro

Anónimo dijo...

A mi me parece escandaloso que un inutil sin estudios y que no sabe hacer la o con un canuto gane millonadas de euros mientras un investigador en un Laboratorio se está dejando la vista estudiando las causas del cáncer y otras enfermedades. Esta sociedad es tan estúpida como estúpido es el fútbol. El futbol se está convirtiendo en una religión, otra estupidez, a su vez. Estupideces y estupideces encadenadas dentro de una sociedad profundamente cutre y necia como la española.