Nunca nos imaginamos que un paisa sobreviviente en Bogotá (paisa de verdad, de Medellín) pudiera escribir el más grande poema inspirado en El Caballero Gaucho. Pero así es la vida. Aquí va pues, aunque no tenemos la autorización para publicarlo y, para completar, salió como un comentario en el blog de la flaca y malvada, a quien amamos hasta los huesos, que hablarán por mí.
Las voz delgadita y en falsete del Caballero, ay. Los ojos cerrados y el ceño fruncido del tipo de bigote, botas y mano gorda agarrando la copa, ay. El que tiene la cabeza sobre la mesa desde hace horas la levanta y tumba una de las 30 botellas de cerveza que tiene al lado, ay.Huele a orines. Aquellos están que se fajan a machete.
martes, 6 de noviembre de 2007
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1 comentario:
Gracias, facinerosos. Y un abrazo.
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