miércoles, 19 de diciembre de 2007

Y que el diablo lo tenga en su gloria: Bierce

Franco nos recordó el inigualable Diccionario del diablo. Random House – Mondadori acaba de publicar la traducción al español de la edición de Ernest Jerome Hopkins (en la colección DE BOLS!LLO). Se trata de una joya y una novedad. Todas las ediciones castellanas del diccionario conocidas hasta ahora se basaban en la edición que el propio Bierce sancionó en sus Collected Works, la cual, según Hopkins, estaba reducida por lo menos en un 50%, debido a que Bierce editó sus obras en Washington, y muchas de las entradas del diccionario aparecieron en periódicos o revistas de San Francisco.

He aquí, pues, algunas de las entradas inéditas:


academia, s. Originariamente, un bosquecillo en el que los filósofos buscaban un sentido en la naturaleza; hoy en día es una escuela en la que los imbéciles por naturaleza buscan un sentido en la filosofía.

acertijo, s. ¿Quién elige a nuestros gobernantes?

acróstico, s. Dura prueba para los sentimientos. Por lo general, infligida por un necio.

agallas, s. Lo que se necesita para reconocer que se es un cobarde.

ahorro (escolar), s. Comprar una buena nota al profesor pagándole 95 centavos en lugar de un dólar.

alegoría, s. Metáfora en tres volúmenes y un tigre.

argüir, v. tr. Reflexionar aplicadamente con la lengua.

arrepentimiento, s. Sentimiento que raramente inquieta a la gente hasta que empieza a sufrir.

bandido, s. Persona que arrebata por la fuerza a A lo que A le ha arrebatado por la fuerza a B.

barbero, s. (Del lat. barbarus, salvaje, y de barba, barba). Salvaje cuya laceración de nuestras mejillas pasa inadvertida ante el tormento superior de su conversación.

bautizar, v. tr. Imponer un nombre con toda la ceremonia a una criatura indefensa.

Éste es el único truco del bautizo:
humedecer al niño para que el nombre se le quede pegado.


borracho, adj. Cargado, confuso, mamado, bebido, curda, ebrio, mareado, embriagado, pesado de cabeza, contento, achispado, paposo, como una cuba, ajumado, alumbrado, tajado, pasado, con una turca, alegre, feliz, etc.

brandy, s. Licor compuesto de una parte de rayos y truenos, una parte de remordimiento, dos partes de asesinato sangriento, una parte de muerte, infierno y tumba, dos partes de Satán aguado y cuatro del santo Moisés. Dosis: siempre lleno hasta arriba. Creo que fue Emerson quien dijo que es la bebida de los héroes. Yo no me atrevería a aconsejarlo a otros. Dicho sea de paso, está bastante bueno.

cadáver, s. Persona que manifiesta el grado más elevado posible de indiferencia que puede aceptarse para corresponder a la solicitud ajena.

castigo, s. Arma que la justicia casi ha olvidado cómo se utiliza.

centeno, s. Whisky en cáscara.

conyugal, adj. (Del lat. con, mutuo, y jugum, yugo). Relativo a un tipo muy popular de trabajos forzados: la unción en el mismo yugo de dos necios corroborada por el párroco.

cordura, s. Estado mental inmediatamente anterior y posterior a la comisión del asesinato.

culpable, adj. El otro.

defraudar, v. tr. Impartir instrucción y experiencias a los confiados.

demente, adj. Adicto a la convicción de que los dementes son los demás.

demente, s. Estado mental melancólico de aquel cuyos argumentos somos incapaces de contestar.

depravado, part. pas. Categoría moral de un caballero que mantiene la opinión contraria.

descabellada, adj. La idea de que el asesinato es un delito.

deserción, s. Aversión a la lucha, como, por ejemplo, cuando se abandona el ejército o una esposa.

diagnóstico, s. Arte del médico con el que determina el estado del bolsillo del paciente para saber cuánto puede enfermarlo.

ego, s. Forma latina de la palabra “yo”. Los romanos tenían un defecto del habla y eran incapaces de pronunciarla mejor. Los reyes y los editores se acercan un poco más a la pronunciación correcta, dicen “nosotros”*.
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* En inglés, we, cuya pronunciación se parece más a la de ego que la de I (N. del T.).

ejército, s. Clase improductiva que defiende a la nación devorando cuanto pudiera tentar a un posible enemigo a invadirla.

embajador, s. Ministro de alto rango mantenido por un gobierno en la capital de otro país para que cumpla la voluntad de su esposa.

enfermedad, s. Donación que hace la naturaleza a las facultades de medicina. Generosa contribución para el sustento de los enterradores. Medio de proporcionar carne que no está muy seca ni dura al valioso gusano de tumba para que excave túneles.

epidemia, s. Enfermedad muy sociable y con pocos prejuicios.

expósito, adj. Niño que se ha desembarazado de unos padres inadecuados para su potencial y perspectivas de futuro.

frágil, adj. Poco firme, propenso a la traición, como una mujer que se ha decidido a pecar.

fugarse, v. prnl. Cambiar los peligros e inconvenientes de una residencia fija por la seguridad y las comodidades de viajar.

género, s. Sexo de las palabras.

Un masculino cortejaba a un nombre femenino
pero a ella nada atraía su cortejo,
así que el sustantivo le rogó a un verbo que coronase sus deseos,
pero el verbo replicó frunciendo frígido el ceño:
“Si yo soy neutro, ¿con qué objeto voy a hacerlo?”.

habeas corpus, loc. Orden judicial por la que se puede sacar a un hombre de la cárcel y preguntarle qué le ha parecido la experiencia.

hijo, s. Accidente para el que se confabulan y están especialmente diseñadas y adaptadas con precisión todas las fuerzas de la naturaleza.

inmaculado, adj. Aún no descubierto por la policía.

insulto, s. Comentario ingenioso sin réplica posible.

intoxicación, s. Estado espiritual que precede a la mañana siguiente.

jurado, s. Cierto número de personas designadas por un tribunal para ayudar a los abogados a impedir que la ley degenere en justicia.

literalmente, adv. En sentido figurado; como, por ejemplo: “El estanque estaba literalmente lleno de peces”; “El suelo parecía literalmente vivo de tantas serpientes que había”…

magistrado, s. Funcionario judicial con jurisdicción limitada e incapacidad ilimitada.

mortalidad, s. Parte que conocemos de la inmortalidad.

padre, s. Oficial de intendencia y comisario de subsistencia que proporciona la naturaleza para nuestro sustento en el período que precede a que aprendamos a vivir de los demás.

plural, adj. Problemas.


Maestro de las formas breves, Bierce escribió el que, según Kurt Vonnegut, es el mejor cuento de la literatura norteamericana: An Occurrence at Owl Creek Bridge.

Bierce, Ambrose, El diccionario del diablo, traducción y notas de Vicente Campos, Random House – Mondadori, 2007.

2 comentarios:

Martín Franco Vélez dijo...

Y sí, señores: que el diablo tenga en su gloria al buen Bierce, donde quiera que se encuentre. Amén.

Anónimo dijo...

Y que el diablo no se vaya a aparecer por Manizales en forma de intoxicación etílica y se lleve a alguno de los bloggers que al parecer van a asolar esa adusta y señorial capital por estos días. Felices fiestas y buenos libros para el año entrante. Salud!!